Imperialismo y educación en América Latina / Adriana Puiggros

Por: Tipo de material: TextoTextoDetalles de publicación: México : Nueva Imagen, 1983.Edición: 3ª edDescripción: 247 pISBN:
  • 9684291663
Tema(s): Resumen: El presente libro es resultado de una ambiciosa investigación realizada por la argentina Adriana Puiggros que data de 1978 y en la que se propone analizar la influencia que las teorías pedagógicas norteamericanas han tenido sobre los sistemas educativos de los países de América Latina. Para ello intenta detectar el efecto y el alcance de dichas teorías a dos niveles analíticos el ideoógico y el político. Una primera versión de este libro lo constituyó la tesis autora para optar por la maestría en ciencias, especialidad de educación en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados de IPN. Dicha tesis lleva por título “Progreso, desarrollo y crisis: proyectos educativos del imperialismo para América Latina”. Imperialismo y educación en América Latina constituye un aporte valioso al estudio de la problemática educativa latinoamericana y particularmente desde un aspecto poco estudiado y con un desarrollo teórico que no permite “ordenar y conceptualizar desde una perspectiva transformadora, la experincia y la problemática educativas latinoamericanas”. De esta manera la autora aborda la educación en América Latina a través de las teorías político pedagógicas que el imperialismo diseña y difunde en los países latinoamericanos. Teorías que permiten al imperialismo, como la autora apunta, consolidar su hegemonía continental transmitiendo su ideología a las mayorías latinoamericanas y buscando que estas asuman como propio el “american way of life”, con lo cual se contribuye a la reproducción de las condiciones económico-sociales de desigualdad y predominio monopólico en las que descansa el imperialismo. El libro se encuentra dividido en cuatro partes: 1 parte: Capitalismo, expansionismo y educación. 2 parte: Educación y progreso. 3 parte: Desarrollismo y educación. 4 Parte: Del desarrollismo a la civilización mundial. Incluye además, una introducción y al final dos apartados, el primero titulado “A modo de conclusión” y el segundo titulado “Proscriptum”. En ellos la autora recapitula las tesis principales manejadas lo largo del libro, haciendo énfasis en la necesidad de profundizar en el análisis acerca de la articulación entre el desarrollo de los procesos económicos, en relación con los procesos ideológico-políticos que caracterizan una formación social determinada.En la introducción, Puiggrós expone brevemente la corriente teórica en la que inicialmente se sustentaba la sociopedagogía latinoamericana: la pedagogía funcionalista, la cual, según la autora, disocia el proceso educativo del todo social y lo fragmenta transformando aspectos particulares en hechos aislados. Así se explica, por ejemplo que el problema de la capacitación de la fuerza de trabajo sea presentado como una cuestión diferente a la de la reproducción relaciones sociales de producción. La autora, igualmente, critica el llamado althusserianismo pedagógico corriente teórica de gran cantidad de pedagogos marxistas . Su crítica a la propuesta teórica de Althusser reside en que éste ha fragmentado, en su modelo teórico, la totalidad, al separar: 1) la reproducción de las fuerzas productivas de la reproducción de las relaciones sociales de producción, y 2) la reproducción de los medios materiales de producción y la reproducción de la fuerza de trabajo, lo cual constituye ciertamente un modelo teórico ajeno al marxismo. Adriana Puiggrós concluye su crítica al althusserianismo señalando que “en tanto se considere a la educación un objeto ubicado (teóricamente) en la instancia ideológica que mantiene una relación de exterioridad con la estructura, se nos harán incomprensibles los procesos educativos como manifestación de la totalidad social. Pensada, en cambio, como un aspecto del proceso ideológico se comprende a la educación también como la ’continuación interior” de las relaciones sociales de producción, constituida mediante todas las especificaciones necesarias y cuya acción de reversión es fundamental en el proceso de reproducción social” (p. 29). Por lo que antecede, la investigadora argentina se ve en la necesidad de no disociar la problemática socioeconómica de la problemática ideológica. Al respecto hace un señalamiento muy importante cuando dice que “las categorías pedagógicas no podrían, entonces, deducirse de conceptos económicos o sociológicos, pero deberán dar cuenta de los procesos económico-sociales-culturales en los cuales los procesos educativos nacen y se desarrollan. La pedagogía deberá dar cuenta de su pertenencia a la historia social y de la historicidad de su objeto” (p. 31). Acorde con este planteamiento, Puiggrós señala que el sistema educativo latinoamericano debe estudiarse teniendo en consideración, entre otros aspectos, la diferencia entre sistema escolar (que abarca el conjunto de instituciones -públicas y privadas- cuya finalidad explícita es educar y que se puede ubicar -teóricamente- en la interrelación entre la sociedad política y la sociedad civil, por lo cual, el sistema escolar resulta un campo de lucha en el que la disputa por la hegemonía es muy intensa e el Estado necesita mantener un alto control de los procesos que se desarrollan) y sistema educativo (que abarca todos los procesos educativos -escolares y no escolares, formales e informales conscientes e inconscientes- que ocurren en la sociedad).. El sistema educativo latinoamericano debe igualmente ser estudiado a la luz del carácter desigual y combinado del desarrollo económico social. Asimismo, el análisis del aspecto ideológico de lo social en América Latina debe realizarse teniendo en cuenta: 1) la relación que se establece entre las capas escolarizadas, las no escolarizadas y los intelectuales (orgánicos y subalternos) , en cada específico momento histórico; 2) que la reproducción de la fuerza de trabajo es siempre la reproducción social-técnico-ideológica de las fuerzas sociales vivas; 3) las vías de difusión de la ideología de las clases dominantes, y 4) la relación entre el elemento técnico y el ideológico en el proceso educativo. Tomando en cuenta las anteriores consideraciones teóricas la autora propone que “el análisis de las características específicas” de los procesos educativo-culturales nacionales es el objeto desde el cual debe analizarse la influencia pedagógica del imperialism (p. 40), sin olvidar la importante distinciónentre lo que constituyen las intenciones del imperialismo y el resultado de sus proyectos. Con esta base teórica, sustentada en categorías de análisis gramscianas, Adriana Puiggrós entra de lleno en el -tema al rastrear en la primera parte del libro las, raíces que descansan en dos principios: Superioridad y expansionismo. En esta primera parte del libro, se hace énfasis en que las justificaciones políticas del expansionismo “no sólo aportaron a la adaptación de los ideales expansionistas a las circunstancias políticas particulares, sino que constituyeron los principios mismos de esta pol´ıtica” (p. 71). Así, la doctrina de la seguridad colectiva justifico estas ideas de expansión y la puesta en marcha de alianzas como el Plan Marshall (1947), el Pacto de la OTAN (1949), la Organización del Tratado del Sureste Asiático y el Pacto de Bagdad fortalecieron más los lazos de dependencia de nuestros países con el imperialismo, estructurar, a través del discurso pedagógico, un proceso tendiente a “hegemonizar los procesos que se desarrollan en cada una de las instituciones políticas y civiles de los países dependientes mediante la penetración directa y la acción sobre los intelectuales (orgánicos y subalternos) que estan distribuidos en todas las capas sociales” (p. 83). En las siguientes tres partes del libro, y tal como en la conclusión explica la autora, se exponen lo que a juicio de Puiggrós constituyen “las tres configuraciones en las cuales se estructura la teoría pedagógica norteamericana en sucesivos momentos históricos”. . . “atendiendo particularmente a los elementos organizadores del pensamiento pedagógico norteamericano que tienen relevancia político-pedagógica a América Latina” (p. 225). 2 En la primera configuración (educación y progreso) se enfatiza idea de progreso constituyó el elemento generador y cohesionador de la ideología norteamericana. Idea que atraviesa por dos momentos históricos: inicialmente sirve para lograr el consenso del pueblo norteamericano la construcción del capitalismo y posteriormente una vez logrado el consenso, aparece como un justificador del expansionismo yanqui. Puiggrós desarrolla críticamente los elementos teóricos de la pedagogía de Dewey y del funcionalismo que conciben la educación como un mecanismo básico para lograr el progreso hacia el equilibrio y que constituyen las teorías predominantes en Norteamérica en el periodo histórico en que se sitúa la autora. Adriana Puiggrós logra detectar la vinculación que la educación con las metas del capitalismo y cómo desde el inicio de la formación de Norteamérica los intelectuales orgánicos de la burguesía tuvieron presente a la educación como uno de los vehículos de penetración ideológica más preciados La segunda configuración, denominada educación y desarrollo, también contempla dos periodos históricos: 1) el educacionista, caracterizado por la proyección del concepto del progreso a los países atrasados y su transformación en desarrollo, y 2) el economicista, en el cual la educación es subordinada explícitamente a la economía para formar recursos humanos como parte de la planificación del desarrollo. La tercera configuración, modelo educativo universal, se caracteriza por una marcada tendencia hacia la centralización del planteamiento educativo, de la producción de tecnología educativa y de la emisión de educación en los más altos niveles del poder imperialista Es aquí donde se busca la universalización de los contenidos educativos y se intenta superar la evidente crisis de liderazgo por la pérdida de consenso de las clases dirigentes tradicionales de América Latina. De esta manera Adriana Puiggrós, urgando en la política internacional y en las teor´ıas pedagógicas norteamericanas, logra desgarrar el velo que ocultaba la realidad de que la pedagogía juega un papel fundamental en la reproducción de la dominación porque la dominación “solamente se perpetúa si la ideología que la justifica es asumida como propia por las grandes mayorías” (p. 234) y ´esa es precisamente la intención del imperialismo cuando exporta tecnología educativa y sus modelos de universidades. (Nota de Carlos Escalante Fernández) http://resu.anuies.mx/archives/revistas/Revista37_S5A2ES.pdf
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El presente libro es resultado de una ambiciosa investigación realizada por la argentina Adriana Puiggros
que data de 1978 y en la que se propone analizar la influencia que las teorías pedagógicas norteamericanas han tenido sobre los sistemas educativos de los países de América Latina. Para ello intenta detectar el efecto y el alcance de dichas teorías a dos niveles analíticos el ideoógico y el político. Una primera versión de este libro lo constituyó la tesis autora para optar por la maestría en ciencias, especialidad de educación en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados de IPN. Dicha tesis lleva por título “Progreso, desarrollo y crisis: proyectos educativos del imperialismo para América Latina”.
Imperialismo y educación en América Latina constituye un aporte valioso al estudio de la problemática educativa latinoamericana y particularmente desde un aspecto poco estudiado y con un desarrollo teórico que no permite “ordenar y conceptualizar desde una perspectiva transformadora, la experincia y la problemática
educativas latinoamericanas”. De esta manera la autora aborda la educación en América Latina a través de las teorías político pedagógicas que el imperialismo diseña y difunde en los países latinoamericanos. Teorías que permiten al imperialismo, como la autora apunta, consolidar su hegemonía continental transmitiendo su ideología a las mayorías latinoamericanas y buscando que estas asuman como propio el “american way of life”, con lo cual se contribuye a la reproducción de las condiciones económico-sociales de desigualdad y
predominio monopólico en las que descansa el imperialismo. El libro se encuentra dividido en cuatro partes:
1 parte: Capitalismo, expansionismo y educación.
2 parte: Educación y progreso.
3 parte: Desarrollismo y educación.
4 Parte: Del desarrollismo a la civilización mundial.
Incluye además, una introducción y al final dos apartados, el primero titulado “A modo de conclusión” y el segundo titulado “Proscriptum”. En ellos la autora recapitula las tesis principales manejadas lo largo
del libro, haciendo énfasis en la necesidad de profundizar en el análisis acerca de la articulación entre el desarrollo de los procesos económicos, en relación con los procesos ideológico-políticos que caracterizan una formación social determinada.En la introducción, Puiggrós expone brevemente la corriente teórica en la que
inicialmente se sustentaba la sociopedagogía latinoamericana: la pedagogía funcionalista, la cual, según la autora, disocia el proceso educativo del todo social y lo fragmenta transformando aspectos particulares en hechos aislados. Así se explica, por ejemplo que el problema de la capacitación de la fuerza de trabajo sea presentado como una cuestión diferente a la de la reproducción relaciones sociales de producción. La autora, igualmente, critica el llamado althusserianismo pedagógico corriente teórica de gran cantidad de pedagogos marxistas . Su crítica a la propuesta teórica de Althusser reside en que éste ha fragmentado, en su modelo teórico, la totalidad, al separar: 1) la reproducción de las fuerzas productivas de la reproducción de las relaciones sociales de producción, y 2) la reproducción de los medios materiales de producción y la reproducción de la fuerza de trabajo, lo cual constituye ciertamente un modelo teórico ajeno al marxismo. Adriana Puiggrós concluye su crítica al althusserianismo señalando que “en tanto se considere a la educación un objeto ubicado (teóricamente) en la instancia ideológica que mantiene una relación de exterioridad con la estructura, se nos harán incomprensibles los procesos educativos como manifestación de la totalidad social. Pensada, en cambio, como un aspecto del proceso ideológico se comprende a la educación también como la ’continuación interior” de las relaciones sociales de producción, constituida mediante todas las especificaciones necesarias y cuya acción de reversión es fundamental en el proceso de reproducción social” (p. 29). Por lo que antecede, la investigadora argentina se ve en la necesidad de no disociar la problemática socioeconómica de la problemática ideológica. Al respecto hace un señalamiento muy importante cuando dice que “las categorías pedagógicas no podrían, entonces, deducirse de conceptos económicos o sociológicos, pero deberán dar cuenta de los procesos económico-sociales-culturales en los cuales los procesos educativos nacen y se desarrollan. La pedagogía deberá dar cuenta de su pertenencia a la historia social y de la historicidad de su objeto” (p. 31). Acorde con este planteamiento, Puiggrós señala que el sistema educativo latinoamericano debe estudiarse teniendo en consideración, entre otros aspectos, la diferencia entre sistema escolar (que abarca el conjunto de instituciones -públicas y privadas- cuya finalidad explícita es educar y que se puede ubicar -teóricamente- en la interrelación entre la sociedad política y la sociedad civil, por lo cual, el sistema escolar resulta un campo de lucha en el que la disputa por la hegemonía es muy intensa e el Estado necesita mantener un alto control de los procesos que se desarrollan) y sistema educativo (que abarca todos los procesos educativos -escolares y no escolares, formales e informales conscientes e inconscientes- que ocurren en la sociedad).. El sistema educativo latinoamericano debe igualmente ser estudiado a la luz del carácter desigual y combinado del desarrollo económico social. Asimismo, el análisis del aspecto ideológico de lo social en América Latina debe realizarse teniendo en cuenta:
1) la relación que se establece entre las capas escolarizadas, las no escolarizadas y los intelectuales (orgánicos
y subalternos) , en cada específico momento histórico;
2) que la reproducción de la fuerza de trabajo es siempre la reproducción social-técnico-ideológica de las fuerzas sociales vivas;
3) las vías de difusión de la ideología de las clases dominantes, y
4) la relación entre el elemento técnico y el ideológico en el proceso educativo.
Tomando en cuenta las anteriores consideraciones teóricas la autora propone que “el análisis de las características
específicas” de los procesos educativo-culturales nacionales es el objeto desde el cual debe analizarse la influencia pedagógica del imperialism (p. 40), sin olvidar la importante distinciónentre lo que constituyen las intenciones del imperialismo y el resultado de sus proyectos. Con esta base teórica, sustentada en categorías de análisis gramscianas, Adriana Puiggrós entra de lleno en el -tema al rastrear en la primera parte del libro las, raíces que descansan en dos principios: Superioridad
y expansionismo. En esta primera parte del libro, se hace énfasis en que las justificaciones políticas del expansionismo “no sólo aportaron a la adaptación de los ideales expansionistas a las circunstancias políticas particulares, sino que constituyeron los principios mismos de esta pol´ıtica” (p. 71). Así, la doctrina de la seguridad colectiva justifico estas ideas de expansión y la puesta en marcha de alianzas como el Plan Marshall (1947), el Pacto de la OTAN (1949), la Organización del Tratado del Sureste Asiático y el Pacto de Bagdad fortalecieron más los lazos de dependencia de nuestros países con el imperialismo, estructurar, a través del discurso pedagógico, un proceso tendiente a “hegemonizar los procesos que se desarrollan en cada una de las instituciones políticas y civiles de los países dependientes mediante la penetración directa y la acción sobre
los intelectuales (orgánicos y subalternos) que estan distribuidos en todas las capas sociales” (p. 83). En las siguientes tres partes del libro, y tal como en la conclusión explica la autora, se exponen lo que a juicio de Puiggrós constituyen “las tres configuraciones en las cuales se estructura la teoría pedagógica norteamericana en sucesivos momentos históricos”. . . “atendiendo particularmente a los elementos organizadores del pensamiento pedagógico norteamericano que tienen relevancia político-pedagógica a América Latina” (p. 225).
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En la primera configuración (educación y progreso) se enfatiza idea de progreso constituyó el elemento generador y cohesionador de la ideología norteamericana. Idea que atraviesa por dos momentos históricos: inicialmente sirve para lograr el consenso del pueblo norteamericano la construcción del capitalismo y posteriormente una vez logrado el consenso, aparece como un justificador del expansionismo yanqui. Puiggrós desarrolla críticamente los elementos teóricos de la pedagogía de Dewey y del funcionalismo que conciben la educación como un mecanismo básico para lograr el progreso hacia el equilibrio y que constituyen las teorías predominantes en Norteamérica en el periodo histórico en que se sitúa la autora. Adriana Puiggrós logra detectar la vinculación que la educación con las metas del capitalismo y cómo desde el inicio de la formación de Norteamérica los intelectuales orgánicos de la burguesía tuvieron presente a la educación como uno de los vehículos de penetración ideológica más preciados La segunda configuración, denominada educación y desarrollo, también contempla dos periodos históricos:
1) el educacionista, caracterizado por la proyección del concepto del progreso a los países atrasados y su transformación en desarrollo, y 2) el economicista, en el cual la educación es subordinada explícitamente a la economía para formar recursos humanos como parte de la planificación del desarrollo.
La tercera configuración, modelo educativo universal, se caracteriza por una marcada tendencia hacia la centralización del planteamiento educativo, de la producción de tecnología educativa y de la emisión de educación en los más altos niveles del poder imperialista Es aquí donde se busca la universalización de los contenidos educativos y se intenta superar la evidente crisis de liderazgo por la pérdida de consenso de las clases dirigentes tradicionales de América Latina. De esta manera Adriana Puiggrós, urgando en la política internacional y en las teor´ıas pedagógicas norteamericanas, logra desgarrar el velo que ocultaba la realidad de que la pedagogía juega un papel fundamental en la reproducción de la dominación porque la dominación “solamente se perpetúa si la ideología que la justifica es asumida como propia por las grandes mayorías” (p. 234) y ´esa es precisamente la intención del imperialismo cuando exporta tecnología educativa y sus modelos de universidades. (Nota de Carlos Escalante Fernández)

http://resu.anuies.mx/archives/revistas/Revista37_S5A2ES.pdf

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