El escritor, el amor y la muerte.

Un hecho real, que estremeció de espanto y dolor extremos a la sociedad argentina, es el pre-texto de esta novela que atrapa desde las primeras páginas. El odontólogo Heriberto Domínguez logra, luego de años de sacrificios, el sueño de la "casa grande", pero la supuesta felicidad se le niega y su vida familiar se convierte en un infierno. En esta circunstancia, la escritura será refugio y esperanza salvadora para su futuro. El ambiente de la noche, con sus bares, librerías, saunas, milongas, custodia la solitaria vida del hombre. Los submundos de la policía, la política, el periodismo, entrelazados con historias de amantes y amigos del alma, y los relatos sobre los demás, que manuscribe en cuadernos, configuran el universo del libro, ambientado en este tiempo jadeante y despiadado que tratamos de ignorar. Enrique Medina no se ha limitado a cronicar una masacre como efecto de un desmoronamiento mayor. Se ha metido en las causas. Ahondando con vigor y decisión en seres humanos que a diario se nos cruzan indiferentes, sin que percibamos en ellos (¿y en nosotros?) un veloz acercamiento a la violencia, para caer en vacíos alterados de los que, inexorablemente, no hay retorno. Heriberto Domínguez, para bien o para mal, no bajó la cabeza, el autor tampoco. Con talento y profundidad, Enrique Medina apuesta a un estilo fuerte, seco, dinámico, exigente para una época de video clip en la que se cree ver todo sin captar nada. Sin duda, El escritor, el amor y la muerte es la mejor novela de este escritor emblemático y singular de nuestra literatura.